Río Hurtado no solo deslumbra por sus paisajes y cielos estrellados, sino también por su profundo legado paleontológico. En esta comuna se descubrieron los primeros fósiles de dinosaurios en Chile, incluyendo restos de un titanosaurio de más de 18 metros de longitud, hallazgo que marcó un hito en la historia científica del país.

El Monumento Natural Pichasca se ha convertido en un epicentro del turismo científico, donde visitantes pueden explorar senderos interpretativos, observar réplicas a escala real y participar en visitas guiadas por investigadores. Esta experiencia única permite conectar con el pasado remoto de la Tierra y comprender la evolución de la vida en un entorno natural privilegiado.

La paleontología no solo atrae a científicos y estudiantes, sino también a familias, turistas curiosos y amantes de la historia natural. Gracias a iniciativas locales y alianzas estratégicas, Río Hurtado ha sido reconocida oficialmente como la Capital Nacional de la Paleontología, reforzando su identidad como destino de interés especial.

Este tipo de turismo fomenta la educación, impulsa la economía local y promueve la conservación del patrimonio natural y cultural. Visitar Río Hurtado es viajar en el tiempo, donde cada fósil cuenta una historia y cada roca guarda un secreto del pasado.